Cuando
hablamos de rehabilitación de los
edificios, lo asociamos a una
necesidad puntual de mejora debida a algún problema o deterioro de una parte de los
mismos. Sin embargo, recientemente se está incorporando un nuevo concepto: Si hay
que rehabilitar, hágalo con criterios energéticos.
Los edificios son auténticos depredadores de energía y suelen ser, además, los que precisan de una rehabilitación por un determinado problema, por ello, se trata de dar una solución global al problema:
Una vez
sea necesaria la rehabilitación de un edificio, incorporemos el
aislamiento necesario para reducir su consumo de energía.
La rehabilitación energética de los edificios, entendemos que gira en torno a cuatro medidas principales, donde se concentran los mayores potenciales de ahorro:
- Rehabilitación energética de la envolvente térmica de los edificios existentes;
- Mejora de la eficiencia energética de las instalaciones térmicas existentes (calefacción, climatización y producción de agua caliente sanitaria);
- Mejora de la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación interior.
- Renovación del parque de electrodomésticos.
Al concepto general de rehabilitación, le introducimos el concepto de mejora energética de los edificios, así podemos definir la rehabilitación
energética, como la aplicación de medidas que permitan obtener una reducción de la demanda de energía
sin reducir el confort del usuario.
¿Qué medidas se pueden adoptar para reducir el consumo energético de las viviendas?
Existen dos tipos de medidas de rehabilitación de edificios encaminadas a obtener ahorros energéticos:
- Medidas pasivas: que mejoran la envolvente del edificio, dado que las capacidades aislantes afectan directamente a las necesidades de energía para mantener el confort deseado.
- Medidas activas: que mejoran las instalaciones y/o sugieren una diversificación de fuentes de energía consumida por el edificio. El rendimiento y la eficacia de cada instalación afecta directamente al consumo de energía final y primaria.
Cualquier acción en este sentido constituirá un ahorro neto de energía.
No
obstante, para enfocar las medidas de rehabilitación energética, debemos considerar la diferenciación y limitación que existe en dichas
actuaciones respecto a la obra nueva. En
este sentido, la rehabilitación energética la basamos, principalmente, en:
La sección constructiva de fachadas y cubiertas:
para reducir la demanda energética del edificio, mejorando las partes opacas y los huecos arquitectónicos en fachada y cubierta.
El tipo de instalaciones y equipos:
para mejorar la eficiencia energética, mediante la implantación de nuevos equipos con mejores rendimientos y menor consumo.
Las fuentes energéticas disponibles:
cambiando el combustible, diversificando las fuentes, orientando a combustibles menos contaminantes e implantando energías renovables en el sector doméstico.
La sección constructiva de fachadas y cubiertas:
para reducir la demanda energética del edificio, mejorando las partes opacas y los huecos arquitectónicos en fachada y cubierta.
El tipo de instalaciones y equipos:
para mejorar la eficiencia energética, mediante la implantación de nuevos equipos con mejores rendimientos y menor consumo.
Las fuentes energéticas disponibles:
cambiando el combustible, diversificando las fuentes, orientando a combustibles menos contaminantes e implantando energías renovables en el sector doméstico.
Las
características del edificio en el momento de plantearse una rehabilitación energética son las que
determinarán las necesidades de cada
edificio y el nivel de actuación, así como los
ahorros que podrán obtenerse con cada
una de las medidas adoptadas.
Las
actuaciones que nos podemos encontrar relativas
a este concepto de rehabilitación energética las numeramos a continuación:
- Obras de rehabilitación de elementos comunes
1. Mejora de
la eficiencia energética y la sostenibilidad en los edificios de viviendas, conforme a los objetivos establecidos en las exigencias básicas de ahorro
energético y protección
del medio ambiente.
2. Mejoras en la envolvente térmica, como son el incremento del aislamiento térmico, sustitución de carpinterías, protección
solar, colocación de toldos y otras
técnicas tendentes a la eficiencia energética.
3. Mejora en
los sistemas de instalaciones térmicas para incrementar la utilización de energías renovables.
- Obras de rehabilitación de elementos privativos
1. Mejora de
la eficiencia energética y la sostenibilidad en las viviendas, de forma complementaria
a las condiciones del edificio; respecto a los requisitos
de habitabilidad en cuanto a ahorro de energía.
2. Mejoras en
la vivienda, como son el incremento del aislamiento térmico, sustitución de carpinterías, protección solar,
colocación de toldo y otras técnicas
tendentes a la eficiencia energética.
3. Mejora en
los sistemas de instalaciones térmicas para incrementar la utilización de energías renovables. y otros
sistemas de energías alternativas que fomenten el ahorro energético y reduzcan la emisión de CO2 en los edificios.
Los objetivos que perseguimos con este tipo de actuaciones son los siguientes
Reducir el consumo de energía de las instalaciones existentes de calefacción, refrigeración y ACS. y por lo tanto un ahorro energético.
Alcanzar los requisitos mínimos de eficiencia energética establecidos en las normas CTE HE-1 y RITE-07
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