La directiva europea 2010/31/UE relativa a la
eficiencia energética de los edificios marca dos objetivos, uno es la
calificación energética de los edificios existentes y que ha sido recientemente
aplicado en España. El otro, más ambicioso y a más largo plazo, es la aparición
de los llamados “Edificios de energía
casi nula” para el horizonte 2020.
Este nuevo concepto marca un antes y un después en la forma de trabajar en los proyectos de arquitectura, y por supuesto en la manera de construir. Para poder llegar a un edificio de energía casi nula habrá que diseñarlo para que consuma poca energía e incorporar instalaciones de producción de energía, prioritariamente de fuentes renovables.
Las exigencias de ahorro de
energía buscan el uso eficiente, prudente, racional y sostenible de la energía de
los edificios, haciendo compatible las
necesidades de confort de los usuarios con la reducción del consumo energético
y las emisiones de efecto invernadero. De todo esto se derivan impactos
positivos relativos a una menor dependencia
energética del país, la protección del medio ambiente, un mayor confort
térmico de los usuarios de los edificios
y una menor dependencia de los usuarios respecto a las variaciones futuras de
los precios de la energía.
La actualización del “Documento
Básico HE del Código Técnico de la Edificación” supone un paso previo hacia la
consecución de este objetivo. Este documento establece las exigencias de
eficiencia energética mediante indicadores energéticos globales, como el
consumo energético y la demanda energética.
Establece por primera
vez una
limitación del consumo de energía para los edificios de viviendas de nueva
construcción y la ampliación de los edificios existentes. Emplea para ello el indicador de energía primaria no
renovable. Dicho indicador está además incluido en la etiqueta de eficiencia
energética conjuntamente con el indicador relativo a las emisiones de CO2.
Hay
una reducción sustancial de los
límites de la demanda de energía, tanto para calefacción como para
refrigeración, que nos acerca a los “Edificios
de energía casi nula”. No sirve con cumplir
con unos valores mínimos de cumplimiento de transmitividad en los
cerramientos, como veníamos haciendo hasta el momento, además se evalúa el
consumo global del edificio.
En los edificios de otros
usos, la exigencia está ligada a la calificación energética para el consumo de
energía primaria no renovable, cuya eficiencia ha de ser igual o superior a la Clase B, según el
procedimiento básico para certificación de la eficiencia energética.
¿Como
afecta este documento a la construcción de mi nueva vivienda?
Para conseguir la demanda límite
exigida en el “Documento Básico HE del Código Técnico de la Edificación”, es necesario actuar sobre la envolvente
térmica, tanto en el diseño como en la construcción, tendremos que duplicar el aislamiento térmico de fachadas y cubiertas, con el inconveniente de que
la superficie útil de las viviendas se verá reducida. En cuanto a los huecos acristalados, tendremos
que contar en muchos casos con vidrio bajo emisivos y con carpinterías con
transmitancias térmicas muy reducidas.
En cuanto a las instalaciones,
tenemos que hablar de tecnología de condensación en calderas, bombas
de calor con elevados rendimientos, sistemas de control de iluminación,
sistemas a caudal variable, estrategias de recuperación y enfriamiento gratuito
en sistema con aire y muchas otras medidas que hasta ahora no eran necesarias
puesto que no existía este límite. Y por supuesto de fuentes de energía
renovable.
Todos estos cambios, hace que consideremos
también otros factores, que parece que
hemos olvidado en el diseño de los edificios, como la orientación y el entorno, la
vegetación, la compacidad, la hermeticidad, la apertura de huecos, etc. Y sobre todo tenemos que ser muy cuidadosos
con la construcción, pues de que sirve un buen diseño sin una buena ejecución.
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